sábado, 12 de junio de 2010

Componentes del Modelo

El Lector


Aporta, en primer lugar, su estructura afectiva, que involucra obviamente su autopercepción como lector. La lectura requiere la disposición del aprendiz, el "querer leer". El problema radica en que, generalmente, las secuencias didácticas del segundo ciclo de enseñanza básica, como las de enseñanza media, no consideran la enseñanza de la lectura, por lo tanto, para el aprendiz el único objetivo que tiene leer es la evaluación del libro que forma parte del Plan Lector, desvirtuándose el sentido de la lectura para aprender, para disfrutar, para argumentar, para compartir, para reescribir, para crear, etc. En este punto quiero dejar claro que cuando hablo de leer no me refiero solo a la literatura, sino a la diversidad de textos que se van presentando al aprendiz como parte del conjunto de subsectores en los que debe rendir. Estimo que la respuesta "no me gusta leer" está más vinculada a la literatura que al acto cotidiano y funcional que es leer en nuestra sociedad.

Aporta, también, su conocimiento del mundo, lo que se llama habitualmente conocimiento previo. No se trata solo del saber formal, sino de toda aquella experiencia de aprendizaje sin importar la fuente, ya que la comprensión de un texto tiene que ver precisamente con reafirmar lo que sabemos, modificarlo en parte, o bien, cambiar nuestra óptica radicalmente.

En tercer lugar, el lector aporta su conocimiento sobre el idioma. La capacidad que tiene para comprender el código en sus distintos niveles: léxico, sintáctico, semántico y pragmático.

Todos estos elementos están en juego, por ejemplo, en este momento mientras revisas el contenido de este blog.

El Autor

El autor del texto aporta la intencionalidad. Todo texto tiene un propósito. Ningún acto comunicativo es neutro. De hecho, el primer axioma de la comunicación es que no existe la no comunicación.

Obviamente, la intención define la forma y contenido del texto. Esta forma textual corresponde a esquemas convencionales que como autor debo respetar porque es lo que el lector espera de la organización del texto. Como ejemplo, si escribo un texto cuyo título es La Historia del Rock en Chile la organización que como autor le debo dar es cronológica. Puedo incorporar la biografía de algunos grupos o letras de canciones, pero debo tener claridad que el esquema mental del lector para organizar la información de este texto es: hecho 1, hecho 2, hecho 3, hecho N. Ahora bien, si escribo un texto cuyo título es similitudes y diferencias de la crisis financiera norteamericana y la crisis chilena de los ochenta, debo tener claro que el lector espera encontrase con un texto cuya estructura textual es Similitudes: a) b) c) etc. Diferencias a) b) c).

El Contexto

Tiene que ver con variables externas que, sin estar vinculadas directamente, al acto de leer afectan su resultado. Por ejemplo, la lectura en voz alta en el curso, expone al aprendiz de lector a concentrar sus recursos en la adecuada pronunciación, por lo que no garantiza una adecuada comprensión, sobre todo si son textos de gran extensión. Condiciones de ruido también afectan su proceso. El hábito de los aprendices de escuchar un reproductor musical mientras leen también es poco apropiado sobre todo para aquellos cuyo vínculo con la lectura no es fuerte. De hecho el Programa de Lectura Silenciosa Sostenida que requiere condiciones para su realización, es decir, de un contexto apropiado.

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